viernes, 13 de febrero de 2009

El amor y las distintas consolas (conclusiones)

No hace falta decir que no quería hablar de videojuegos en las anteriores 4 entradas, pero me fue bien para usarlo como analogía. Usé características del entorno de cada consola para hacer referencia a un tema que da mucho juego y ya comenté al principio de todo: el amor.

Mi idea inicial era sólo una entrada y comentar que el deseo por un objeto que quieres adquirir y no tienes es muy parecido al que se tiene por una persona cuando hay un flechazo amoroso. Pero luego vi que podría ampliarlo, y hacer paralelismos con otras formas de amor y consolas, porque me resultaban divertidas las analogías éstas.

El amor y la Plei3 es lo dicho, trata sobre el flechazo, la idealización, el colarte por alguien que ni conoces y idealizar todo cuanto rodea a esa persona. Dicha idealización tiene caducidad (1-3 meses), por lo que es común que pasado un tiempo nos sintamos desengañados ante ese amor.

El amor y la equisbox360 trataba lo opuesto, el amor en plan sabiendo de quién te enamoras. El querer a alguien de verdad, por lo que es, no por lo que se cree que es, sin la euforia cegadora de un flechazo, sin idealizaciones ni exageraciones adornadas.

El amor y la güi no es más que hablar de los amores que luego consideramos un error. Enamoramientos de una noche, por ejemplo, ese de discoteca que llama tanto la atención y resulta muy interesante en ese momento, pero que luego… pues como que mejor pasas de ello. En realidad esa entrada la hice por poner una relacionada con la Wii, porque me pareció divertida la analogía de las consolas.

El amor y la Plei2 es quizá el mejor de todos, pero más bien por lo que me han comentado, ya que da mucho juego, más del que yo pensé al principio. Tanto se puede aplicar al amigo/a que está ahí, como a la espera, como en un segundo, el amor de reserva como apuntó Cabeza de Hierro. Pero también sirve como referencia al amor de la amistad, el que los amigos de siempre, que aunque los des de lado por una pareja, igualmente serán tus amigos y estarán ahí para cuando los necesites. Y también, como me dijo alguien, podría aplicarse a un matrimonio o relación con mucho tiempo en el que uno de los dos es el que va siempre detrás, o a la espera de atención, y que pase lo que pase siempre estará ahí, aguantando, siempre disponible.

Y habría infinidad de casos más. Nunca pretendí hacer una buena clasificación de tipos de amor, sólo divertirme con las comparaciones. Los caminos son siempre distintos en cada caso, y puede haber combinaciones, como que empiece siendo como una PS3… y con el tiempo como una Xbox360. O que un PS2 pase a ser la Xbox360 de la otra persona (desengañaos, eso sólo pasa en la películas, que el Disney y Hollywood han hecho mucho daño, un día hablaré sobre eso).

Quizá debí tocar también el amor celoso y obsesivo, pero no se me ocurrió la forma de enfocarlo. Es un tema interesante, porque nunca he entendido por qué la gente relaciona los celos con estar enamorado como una ley obligada. Es como decir que las personas que no son celosas no están enamoradas cuando lo están. Una gilipollez. Las personas que no sienten celos son seguramente las más capaces de percibir mejor lo que es estar enamorado, pues los celos tienen su origen en la inseguridad y en el egoísmo.

Y, citando a una persona de esas, diré para terminar: “¡el amor es siempre bonito!”

PD. He de decir que el que mañana sea San Valentín es coincidencia, me da igual esa fecha, simplemente quería tocar este tema con lo de la PS3 hace tiempo, pero soy un vago y siempre lo retraso para otro momento.

jueves, 12 de febrero de 2009

El amor y la Plei2

Bueno, llegamos a la recta final de la saga. Mañana incluiré una entrada final, con las conclusiones, tanto para que se vea más claro lo que quise contar (aunque espero que más de uno sí haya captado de qué narices estoy hablando), como porque mira, me apetece hacerlo, y así ya tengo 5 actualizaciones este año y podré estar un par de meses sin sentirme como que dejo de lado el blog.

A lo que iba.
La Playstation 2 es una consola que hoy por hoy, todo el mundo conoce y seguramente la mayoría tiene o ha tenido una en casa. No es el objetivo de tus sueños, como una Playstation 3 o una Xbox 360, pero la PS2 está ahí, y sigue apoyandote cuando lo necesitas. Es tu compañera, y siempre, cuando las demás consolas fallen, estará ahí para entretenerte con alguno de sus juegos, muchos de los cuales resultan familiares, como si llevaran contigo toda la vida. Su catálogo es amplio y se apunta a cualquier cosa, mientras sea para pasarlo bien, pero, aunque sea un juego de esos que salen rana, la PS2 no rechistará, está ahí para lo que sea.
Muchas veces uno es como si olvidara su presencia, quizá porque forma parte de tu vida ya… es decir, de tu vida como jugador de consolas, y a veces se la da un poco de lado, por una Xbox 360, por ejemplo… pero cuando ésta no salga como querías y se estropee y no puedas tenerla durante un tiempo, la PS2 estará ahí para hacerte compañía, entretenerte; nunca será rencorosa.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El amor y la güi

Seguimos con la saga. Esta vez le toca el turno a la Wii. Como con las otras, no es que vaya a comentar la consola por sí misma, sino su entorno. La Wii es esa consola que todo el mundo desea, a veces sin saber por qué, quizá porque la gente la desea, y la ves ahí, toda bonita, luciendo en la tienda, con el juego que dan los movimientos de los mandos; toda una nueva experiencia, vamos. Al menos, eso es lo que parece. Y nos lanzamos por ella, ¡y es realmente como uno imaginaba! Un placer jugar con ella, la nueva experiencia que prometía ser, te sientes la persona más entusiasmada del mundo… pero, al poco tiempo, eso se esfuma, vamos, a veces de un día para otro, porque descubres que te vendieron tan bien el producto que te creíste que era lo que buscabas. Pero bueno, no pasa nada, ¡que te quiten lo bailado! Es decir… lo jugado. Lo poco que la usaste fue divertido, después de todo. Y siempre podrás fardar de haber experimentado la nueva experiencia de juego (exagerando todo lo posible si es necesario), y todos tus amigos te envidiarán.

martes, 10 de febrero de 2009

El amor y la equisbox360

Título aún más raro que el de ayer, entrada que es mejor leer antes de continuar. En realidad no es quiera hablar de consolas, aunque sí lo parezca.

Esta vez hablemos de la Xbox360, bueno, no de la consola en sí, sino lo que he observado en alguno de sus compradores, incluido yo. El caso es que, ni mucho menos, la de Microsoft despertó el ansia y la expectación que creó la Playstation 3, eso está claro, pero eso no es malo, al contrario. Con la Xbox360 hay muchos casos distintos pero interesantes de contar. Es esa consola que no te planteas comprar, la ves por ahí, mola y tal, pero que no la ves necesaria… hasta que un día, ¡ZAS! Te llama la atención. Y entonces miras de conocer como es la consola realmente, sin deseos fingidos ni engaños idealistas. Y lo curioso, es que como no es una consola que idealizaras mientras el deseo y el ansia aumentaban, pues no sientes tanta necesidad de comentar a los demás lo mucho que deseas tener esa consola. Es algo más entre uno mismo y la consola. Finalmente, cuando ya la conoces, compruebas que, bueno, tiene sus defectos, pero por lo general ves que es una buena consola y en realidad, es lo que te conviene y te hace sentir bien, lo pasas bien con ella, y no hay desengaños porque desde el principio supiste que era una consola normal pero interesante, con sus cosas buenas y malas. Es más, acaba sorprendiéndote por donde no lo esperabas y ya siempre será tu consola favorita.

lunes, 9 de febrero de 2009

El amor y la Plei3

Título un poco raro, lo sé. Pero todo viene de una conclusión que a la que llegué hace un tiempo, cuando la Playstation 3 estaba por salir y la gente la esperaba con ansias, especialmente cuando se retrasó su salida.

Pero demos un bonito e innecesario rodeo. Hablemos del amor. Nos ha jodio mayo con las flores, y las mariposas nos dan por saco en el estomago, y todo eso, no, no voy a ponerme a escribir poesía sobre el amor. Además, que nunca se me ha dado bien lo de pillar el ritmo de ésta. Bueno, el amor es algo mucho más amplio de lo que parece, aunque se suele clasificar todo bajo el mismo sello, ¡craso error! Porque hay un tipo de amor que por mucho que lo parezca no es amor, y ahí es donde entrará lo de la consola de sony que mencioné antes. Porque claro, es fácil confundirse, porque te hace sentir igual, que si las mariposas, que si los sueños, que si todo en esa la persona es ideal y mayo, que nos ha jodido, con las flores (repito mucho lo de mayo, ¿verdad? Es que lo oí una vez de los Mojinos y me hizo gracia).

Bueno, a lo que iba. La Playstation 3 y el ansia que despertó. A mí no, las narices me iba a gastar los 600 euros que costaba (ni tampoco los 400 que cuesta ahora, pero ese es otro tema), pero a mucha gente sí. Observé a gente que parecía obsesionada con la idea de poseer dicha consola, para mí que soñaban y todo, contando los días, los minutos, el tiempo que estaban sin la consola, anhelándola, deseando estar con ella, sabiendo que una vez la tuvieran estarían completos y realizados. Estas personas no dejaban de comentar lo genial que iba a ser cuando tuvieran la consola y lo mucho que deseaban tener la consola. Y salió la consola, raudos se lanzaron a por ella, observé que muchos ni esperaron al día oficial y fueron por ella nada más se encontraron libres. ¡Por fin la tenían! Qué subidón el tenerla entre tus brazos, llevarla a casa, y a jugar. Una gran experiencia, por supuesto. Pero… ¿dura mucho eso? El caso es que al poco tiempo, a veces muchos menos de lo que diríamos al principio, la cosa se normaliza. Ya no es la Play3 de tus amores, sino… una consola más. Los juegos, vale, están bien, pero la cosa prometía mucho más. La expectación nos juega una mala pasada, habíamos pensando que iba a ser divina, una diosa, que resplandecería por siempre jamás como algo genial e idílico… pero no, pasada la euforia ocurre lo que tenía que ocurrir, y es que, aunque no se era consciente de ello, no ansiábamos la Play3, sino la idea de algo perfecto que nos haría sentir bien, y llegan las decepciones, por supuesto, después de la euforia y el ansia siempre llegan las decepciones. ¿Tiene la culpa la Play3? No, claro que no. La consola mola, pero el deseo de tenerla jugó una mala pasada.

martes, 1 de julio de 2008

La Magia

Pues ya era hora de que retomara esto, después de una larga pausa (que no abandono) por centrarme en otros proyectos (dicho así, suena muy importante).

¡Al turrón!
La magia, uno diría que la magia no existe, que son trucos de cartas, desviar la atención, etc., o también que sólo existe la magia negra, especialmente si eres supersticioso, o incluso habrá quien afirme que ha conjurado un Piro++ o un alojomora cuando se olvidó las llaves de casa. Por mí, todo es creíble, si uno cree en dragones, estos existirán para él. Pero de la magia que voy a hablar yo, esa, existe para todos se quiera o no.

Según que historias, siempre se les da una vital importancia a la palabra, a los nombres de las cosas. Más allá de los conjuros predeterminados de Harry Potter o de cualquier Final Fantasy, hay palabras con verdadero poder. Para empezar, los nombres. Un nombre, sea el que pone en el DNI, un mote, nick o pseudónimo, tiene poder. Un nombre nos puede identificar más allá de la legalidad de éste; puede definirte, no sólo como la persona que eres, sino también el estado en que te sientes en ese momento. Sea por tradición, por el tiempo de uso o porque los demás te ven a ti cuando ven ese nombre, un nick no es tan fácil de cambiar. Reto a todo el mundo a cambiarse el nick del Messenger durante unos días (y no me refiero a la frase kilométrica); en muchos de los casos no podréis. Y si reto a que lo cambies para siempre y renunciéis a vuestros nombres, ni de coña podréis; él no os dejará. Un nombre de este tipo solo te dejará cuando llegue el momento, ni antes ni después, y tendrá su motivo y relevancia.

Otra cosa que también tiene su magia, son los números. Sólo sirven para enumerar cosas, ordenarlas, clasificarlas… pero todo el mundo tiene una fijación con un número o dos, y los ve resaltar por encima del resto irremediablemente. El hecho de buscarlos, destacarlos, apreciarlos, es suficiente par dar un poder a éstos. Aunque sólo sea porque nosotros mismos le damos ese valor (por ejemplo, si te toca un premio acabado en tu número lo fliparás y se lo dirás a todo el mundo; si el premio te toca con otra cifra, lo fliparás igualmente, pero no destacarás el número en sí). Ese número influenciará con su magia tu vida, pues la vida es como la sentimos.

Y como la vida es como la sentimos, llegamos al apartado de los vínculos entre personas, seguramente la magia más poderosa que existe. Como en el caso de los nombres, el tiempo, la dedicación y la costumbre fortalecen estos vínculos, llegándolos a blindar y hacerlos casi indestructibles. El vínculo no siempre funciona igual, algunos al tener tantos años, y haber estado ahí durante tanto tiempo, son dan duros que no hace falta nada por mantenerlos, salvo, claro está, recordar que están ahí. Cuando un vínculo se olvida, éste pierde su poder. Otras veces, necesitan un poco de dedicación o tener algo que vaya revitalizando ese vínculo. Otras veces, suceden las dos cosas: el vínculo es sólido y se le suma algo que hace que se refuerce, algo como compartir el proyecto de un libro.
Y siempre hay excepciones, a veces no es necesario tiempo para que un vínculo cobre fortaleza, algunas veces estos nacen como si siempre hubieran estado allí.

Gracias a esos vínculos, hay gente que puede hacer verdadera magia, aunque ésta sólo funciona en determinados cosas y con determinadas personas. Una persona puede conjurar un hechizo de ánimo sólo con cuatro palabras, dándose cuenta o no de ello (también pueden hacerlo de forma negativa).

Algo similar con lo que ocurre con los nombres, también sucede con algunas palabras o frases que podríamos llamar “palabras mayores”. Son aquellas que no decimos a la ligera, y que si así lo hacemos, pierden su poder hasta convertirse en palabras mundanas. Un “te quiero” siempre tendrá impregnado en sus palabras más magia si no se usan a la ligera, si son dichas en casos muy concretos. En cambio, usarlas a destajo hace que las palabras se debiliten y pierdan parte de su valor. Otra palabra es “amigo”, es una palabra que representa muchas cosas de grandes valores difíciles de enumerar, pero al final ha sido necesario incluir la palabra “mejor” para que vuelva a tener el valor que tenía. En sí, es lo mismo que pasa con los antibióticos: muchas veces se usan demasiado y mal.

Por supuesto, no voy a saltarme los conjuros de recordatorio. Esta es una magia peculiar, porque es un poco aleatoria y depende de bastantes factores, y consiste en crear vínculos de evocación entre cualquier cosa y una persona. Vamos, que veas algo, una serie, un dibujo, un suceso concreto, un objeto, y que eso te haga pensar en una determinada persona.

Finalmente, y aunque me dejo cosas en el tintero, mencionaré una magia que no la tengo demostrada pero que me gusta: el poder de la casualidad. Aunque creo que de esto ya hablé… o quizá está entre los temas que pensaba reponer y he perdido, en cuyo caso, ya trataré ese tema otro día.

Y eso es todo por hoy (y quizá por esta semana y la próxima). Os invito a localizar la magia que existe y nos rodea, como los ejemplos que he puesto.

miércoles, 23 de enero de 2008

Vagos

Vagos. ¿Que es un vago? ¿Un perro inútil que no sirve para nada salvo el hacer nada? Quizá. Pero también son los poseedores del saber supremo. Un vago tiene la habilidad perfecta para cualquier tarea: la ley del mínimo esfuerzo.

Dicho así, suena mal, algo inútil y poco productivo… pero la ley del mínimo esfuerzo no es más que la forma mal sonante de optimizar. O al revés, optimizar es el eufemismo de la ley del mínimo esfuerzo.

Un vago es capaz de llevar a cabo una tarea usando justo lo necesario para llevarla acabo. No invertirá más tiempo de lo necesario, no malgastará recursos, es más, lo más probable es que le dé hasta palo perder el tiempo en el trabajo hablando con los demás (salvo quizá si se junta con otro vago).

Los vagos son genios delegando. Dale decenas de tareas y dile que puede pasárselas a otros, lo hará a la perfección, nueva mente optimizando y lo mejor posible (ya que al vago no le interesa que las tareas vuelvan de nuevo a él, cuanto antes desaparezcan mejor). Así pues, los vagos son excelentes jefes.

Por otro lado, los vagos son perfectos amigos confidentes. Ten por seguro que, por mucho que le des la brasa con tus problemas, éste no te replicará, le dará palo. Y más palo le dará ir a contárselo a alguien, al margen del cansancio de desplazarse hasta ese alguien o marcar un número de teléfono, un vago procurará no liarse en problemas que estropeen el equilibrio.

Así pues… ¡pon un vago en tu vida!

En fin… lo cierto es que tenía pensado escribir más en este tema, llevo días, semanas, con ello y va a ser que el poder de la vagancia se apoderó de mí.

Ale.