jueves, 29 de noviembre de 2007

Comentarios varios

Tras un largo descanso, toca escribir algo. Hoy va de comentarios.

Empiezo comentando las dos últimas películas que he ido a ver al cine. La primera es Stardust. Basada en la novela ilustrada homónima de Neil Gaiman que aun no he leído y por lo tanto no puedo opinar. La película es una de esas que pasa de puntillas por la cartelera y poca gente acaba viéndola, al menos, menos gente de lo que la película merecería. Quizá una mala campaña de promoción, o anuncios que no hacían justicia a la realidad de la película (ya se sabe la manía de vender películas de suspense como si fueran de terror, dramas como si fueran desternillantes comedias, e historias de fantasía como si fueran de miedo), o quizá porque el genero no atrae en estos momentos. A saber. A mí me entusiasmó. Una película creativa, con imaginación, con una historia de aventuras, sencilla, divertida, entrañable, emotiva, de las que son previsibles pero te encanta cuanto se van cumpliendo los clásicos tópicos, es más, esperas esos tópicos. Con un mundo mágico de cuento con sus propias normas y leyes, que me recordó en ocasiones a algunos lugares que salen en Los libros de la magia, también de Neil Gaiman. Por no olvidar el personaje que interpreta Robert de Niro, hay que verlo.

Otra película que vi el fin de semana de su estreno fue Beowulf. Animación por ordenador captando las caras de los actores... o algo de eso. Visualmente muy buena, de lo mejor en animación por ordenador que he visto, y por eso vale la pena verla en el cine. Pero al margen de eso... floja, muy floja. No voy a decir que decepcionó, porque ya sabía que me iba a encontrar algo así. Eso sí, la vi en su versión 3D (que mareo, oye) y me hizo pensar de nuevo en... bueno... ¿cómo sería una película porno en un cine 3D? Espectacular y sobrecogedor, uno no saldría del cine siendo el mismo. Si en Beowulf el salpiqueo de sangre podía dar grima, en una película porno...

Para terminar, comentar el videojuego que tengo entre manos últimamente: Rogue Galaxy. Un RPG muy completo y a la vez sencillo de jugar, ideal tb para los que no tienen mucha idea de este tipo de juegos. Gráficos de dibujos animados e historia que parece que estés jugando a una serie. Los combates lejos de ser por turno, a veces tediosos, son a tiempo real (dicho de otra forma: dale leña al mono que es de goma) y aparecen en el mismo mapeado por donde nos movemos, sin cortes.
En fin, junto con el God of War 2, él último gran juego (no multiplataforma) que sale para PS2.

Ala. Ya escribí, ya puedo relajarme unos días...

martes, 6 de noviembre de 2007

El tiempo.

Estos días voy algo liado, así que tengo que volver a recurrir a una reposición (El de Los vivos murientes también lo era). Y nada más apropiado cuando uno tiene poco tiempo para dedicar al blog que bueno, hablar del tiempo.

El tiempo es aquello que pasa sin preguntarte si quieres hacer una pausa, va a su bola y es todopoderoso por ello. El tiempo barre montañas, acaba con imperios y civilizaciones… y se lo toma con calma, el tiempo no tiene prisas.
Se dice que el tiempo es oro… eso es riqueza. Digo yo, ¿habrá alguien por ahí que cambie tiempo por millones de euros? ¿A cuanto se cotizará el año?
Pero en realidad el tiempo que vale no es el que tenemos, sino el que no tenemos. Cuanto más ocupados mejor, cuanto menos tiempo para uno mismo, más importante seremos. Que uno diría que lo que da satisfacción es poder decir “tengo todas las tardes para no hacer nada”. Y cierto que es satisfactoria, pero nada que ver con el “no tengo tiempo para… (y sigue cualquier cosa)”.

Pero lo cierto es que el tiempo no existe, y lo voy a demostrar. Sí, sí, ahora mismito, sigue leyendo.

Analicemos los tres tiempos: Pasado, Presente y Futuro. El primero, el pasado, como su nombre indica, es algo pasado. Quizás fue alguna vez… pero ya no. Nadie puede mostrar un “pasado”, no existe. Si acaso tan solo como concepto, pero como concepto también existe el billete de 500 euros, ¡y yo aun no he visto ninguno! Por lo tanto, el pasado no existe.

En segundo lugar un caso similar pero al revés: El futuro. Éste si que no existe, ni siquiera cabe la remota posibilidad, como pasa con el pasado, de que existiera alguna vez. Es otro concepto, uno con el que nos gusta mucho especular. Así que otro que no existe.

Finalmente el presente. ¿Qué es un presente? O mejor… ¿Cuánto dura el presente? Es un instante continuo… ¿pero cuanto dura ese instante? Al momento se convierte en pasado que, recordemos, hemos quedado que no existe; así que nos queda nada. El presente no tiene duración, por lo tanto tampoco existe.

Así pues, si no hay presente ni pasado ni futuro… significa que no hay tiempo. ¡El tiempo no existe!


Y termino dejando algo para pensar (quien quiera, el resto puede seguir haciendo cosas de utilidad (y vean como, sutilmente, he insultado a todos aquellos que no piensen en lo que irá a continuación, pues he dicho que para estos pensar es algo inútil)): El futuro puede ser cualquier cosa, hasta que el presente demuestre lo contrario.