sábado, 29 de septiembre de 2007

Los frikis heredarán la Tierra

El otro día escribiendo sobre aficiones saqué a relucir la palabra más sobada de un tiempo a esta parte y recordé a un friki que puede llegar a ser presidente de Japón (¿o ya lo es? ¿o ya perdió? No estoy muy puesto en actualidad... sí si buscabas estar a la última leyendo este blog mejor volver a google), eso a su vez me llevó a recordar una vieja teoría que pensé hace tiempo sobre quizá el friki de más relevancia en la actualidad. El presidente de los Estados Juntitos.
Seguramente se habrá dicho de él de todo: que si es el anticristo, que si le gusta jugar con soldaditos, que si es imbécil o interpreta a uno muy bien, que si es un desalmado, que si es un... lo dicho, de todo. Pero lo que yo creo es que es realmente un friki de los tebeos. Que sí, que está claro. Éste de pequeño leía un montón de comics y siempre quiso llegar a ser un héroe. El problema es que no tenía madera de héroe, así que tomó el camino sencillo: para ser un héroe protagonista es necesario y de vital importancia tener un Némesis, un archienemigo, un antítesis. Así que se hizo uno. Creó a Bin Laden (o Ben Laden, que me dijeron que la “i” no existe para ellos... o algo así, que lo sepa mejor que yo que lo comente, y así suben los comentarios del blog, juas (sería más bien Bin Ladin pues)), un malo malísimo que siempre sale por la tele en las fechas señaladas y suelta unas cuantas amenazas de esas chungas y así, metiéndonos el miedo en el cuerpo, recordarnos que el malo sigue allí, y que sigue siendo necesario la presencia del héroe de los Estados Juntitos.
Así que usando la teoría de los comics... dudo mucho que pillen y rematen a Bin Laden, porque si el archienemigo es vencido definitivamente, la colección llega a su fin. Lo más probable es que lo hayan encontrado muchas veces pero han hecho como que no lo veían. O quizá, como le ocurrió al actor secundario Bob, no podrá acabar con Bin Laden porque se ha acostumbrado a él: “mira, es que si te pillamos luego echaré de menos tus videos, y jo... nadie más me envía videos...”.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

La confianza

(Y a continuación, en esta nueva aportación, una reposición con su correspondiente revisión. Ummm... que de pareados en tan poco tiempo... claro que rimar así lo sabe hacer hasta una paloma sorda.)

La confianza es muchas cosas. Según la enciclopedia son un total de 5, aunque yo lo resumiré en 3, porque es menos trabajo y uno sigue las sagradas leyes del mínimo esfuerzo.

La primera definición sería esa esperanza firme que tenemos en una persona. Por ejemplo la amistad, la vida en pareja, la fraternidad, la familia… la confianza ciega en general. Pero, ¿como llegamos a confiar tanto en las personas? ¿Con el tiempo? ¿Por qué demuestran que podemos hacerlo? Na, es que la otra opción es más estresante. Desconfiar da trabajo, tenemos que ir constantemente mirando de reojo a ambos lados, murmurando cosas por lo bajo como si fuéramos Gollum, preparar todo tipo de estratagemas, contraataques, seguros de vida, invasiones en medio oriente… ¡Mucho trajín! Así que confiamos, porque es más fácil, práctico y sencillo. Vamos, que la razón de que la gente confíe en la gente es que somos demasiado vagos para ir desconfiando.
Por lo que esa gente que suele confiarse mucho de los demás… no son bonachones o gente que siempre piensan bien de los demás, ni siquiera son estúpidos. No, no… lo que son es simples vagos.

Otra definición sería el trato de confianza. Está lo del sobadísimo dicho de “la confianza da asco”, en muchas veces ni siquiera se sabe porque se dice… pero mira, como queda bien y viene al caso, pues la gente lo suelta.
¿Que es tener confianza con alguien? Con los amigos la verdadera confianza llega cuando puedes pasar del otro en el Messenger sin que eso repercuta en nada; o bien el poder estar sin hablar mucho o haciendo otras cosas (como leer algo), sin que nadie se sienta incomodo por ello. En pareja, pues la confianza es cuando puedes obviar todo buen comportamiento y no pasa nada si se ven las pintas de espantapájaros de recién levantados, por citar alguno de los tópicos. Y también está el chiste ese del “yo te aviso”… un ejemplo de que las confianzas pueden ser traicioneras. Según la persona, claro.
En cualquier caso, la confianza de trato es de las cosas más bonitas del mundo. Nada como poder decir todo tipo de verdades tranquilamente, sin pasar por eufemismos ni mirando de dar rodeos para encontrar la forma de abordar un tema, poder comentar defectos y virtudes (que todo es ponerse y al final alguna se encuentra)…

Y en tercer lugar la confianza en uno mismo. Es como el dinero, siempre falta en el momento más inoportuno. Confiar en uno mismo, en nuestras capacidades, no es más que un ejercicio mental: el de autoconvencernos que tenemos esas capacidades. Ei, funciona, sino que se lo digan a Luke Skywalker, le convencieron que sentía no sé que energía espiritual (claro producto de un viejo senil) y va y el tío acierta a la primera sin ordenador y nada, ¡a pelo! Eso sí, llega a fallar el tiro y tiene collejas con su nombre hasta el estreno del Episodio XII.
Pero un sabio consejo era el de Denver, el último dinosaurio: “se tu mismo” (leer con la voz propia de esta iguana a lo bestia). Claro que Denver lo tenía muy fácil para ser él mismo… ¡era el único dinosaurio!¡y encima tocaba la guitarra y montaba en monopatín! Vamos, que debía triunfar mucho entre los reptiles (más o menos como lo hacía Steve Irwin).

viernes, 14 de septiembre de 2007

Esos jodios finales de temporada.

Normalmente suelo estar mentalizado cuando veo el final de temporada de una serie de televisión, porque lo más probable es que los guionistas estén en plan cabrón y te dejen en vilo con su final abierto (o Cliffhanger, por soltar una palabra así como molona). El caso es que conté mal con Jericho, y pensaba que quedaban dos capítulos más... pero este martes pasado, que es cuando daban dicha serie americana, miré en el periódico y no salía en la programación. Lo primero que pensé fue que Telainco había hecho de las suyas y se había comido dos capítulos porque simplemente no encajaban en la nueva programación (la negación es lo primero), pero luego ya razoné... ¡Conté mal! ¡Ya se había terminado la temporada! Había visto el final de la temporada y me lo había tomado como un preludio al gran final... Con lo interesante que estaba... en fin, menos mal que vuelve Perdidos.

Ya puestos comentaré un poco Jericho, una serie que me llamó la atención desde el primer momento por la temática: nada más empezar una explosión nuclear. Por lo general, rara vez los malos se salen con la suya, alguien les detiene en el último momento... pero esta serie empieza justo cuando los malos ya se han salido con la suya, y plantea el interesante contexto de la sociedad civilizada sumida de repente en el caos, con unas leyes y normas que pierden el sentido al no haber nadie que pueda ejercer la justicia. Así pues, el pueblo Jericho debe de hacer frente al caos, a la desinformación, a las visitas foráneas que quieren quitarles lo que tengan, a los ataques de bandas en las carreteras... sin olvidar la subtrama de los culpables de la explosión nuclear.

martes, 11 de septiembre de 2007

Iniciando Nosolochorradas... la secuela.

Nosolochorradas es un blog que ya fue, pero ya no (no perdáis el tiempo buscando, eliminé todas las entradas y no sé que más). Era algo bastante informal, con frecuencia de escritura aun más informal, así que a la larga dejé de añadir nuevas entradas. El problema es que no se me ocurrían temas, o simplemente que me daba palo, por lo que esta vez miraré de evitar la muerte de esta resurrección añadiendo también mensajes más cotidianos y de opinión.

Así que, en el fondo, esto es el inicio de una nueva afición... la de escribir un blog. Y será por aficiones...

Las aficiones son aquello que hacemos para entretenernos, pasarlo bien, relajarnos y desconectar del mundo, y, a ser posible, pasar de todo el mundo. Una afición puede ser en pareja o en grupo, pero no es lo mismo. Y ya sé que habéis pensado en sexo y fiestas, pero realmente eso no son aficiones, son necesidades humanas y sociales. Una afición es pasar un rato contigo mismo y otra cosa que no te replique; como mucho, se puede compartir un videojuego a dos o más jugadores... pero a la larga puede haber alguien que replique y ale, ya se ha liado, la afición deja de ser una afición y se convierte en un motivo para discutir.

Hay muchos tipos de afición. Las hay tranquilas como leer un libro, un comic o ver una película o serie de televisión (aunque habría que matizar que con algunos títulos, más que quedarnos tranquilos y relajados, uno acaba desquiciado, pero de eso ya se hablará en otra ocasión); también están las aficiones electrónicas, que incluye videojuegos y ordenadores, que son algo más interactivas (y también, desquiciantes en más ocasiones); las aficiones creativas, como puede ser el punto de cruz, el bricolaje, dibujar, macramé, escribir un libro; y no olvidar las aficiones deportivas, que se podrían clasificar en dos grandes grupos: el de practicarlo personalmente y el de “corre tú, que yo te animo desde mi sofá”. También hay quien es aficionado a discutir, a comer, a la pornografía, a muchas filias raras, a degustar vinos... etc., hay decenas de aficiones por catalogar, aunque lo verdaderamente imposible es saber donde termina una afición y empieza una obsesión, o incluso una perversión, o una corrupción, o un delito, o merecer cien años de soledad por ello, y... bueno, ya se ha entendido.

Eso me lleva a la gran palabra de moda: “FRIKI”. ¿Quién no odia ya esa palabra comodín? Recuerdo que en antaño, tampoco mucho, “friki” era una forma para referirse a personajillos variopintos que salían (y salen, pero ahora son tantos que pasan desapercibidos) en la tele haciendo el payaso mientras el reportero y toda España se reía de él (y con él, para no ser crueles, va). Pero hoy en día, “friki” es un claro sinónimo de “afición”. Se ha usado tanto la palabra que cualquier dedicación a cualquier afición de convierte en un friki (salvo quizá, las aficiones que ya tienen su propia palabra para llamarse frikis, términos como “forofos” o “marujas”). Si por leer comics uno es friki, si por saberse características de los móviles de moda uno es friki, si por saberse de que equipo es tal y tal jugador que los demás nunca han visto ni jugar al fútbol ya se es friki, si seguir 7 u 8 series de televisión ya se es friki, si por saber el modelo exacto de un coche solo viendo sus bajos ya se es friki, si por... bueno, etcétera. Entonces TODO el mundo es friki, luego todos somos iguales... ¡pues vaya aburrimiento!

Pero volviendo a las aficiones, arriba he mencionado que es algo que se hace para relajarnos. Eso es algo muy fácil si se tienen un par o tres de aficiones, pero ¿y si tienes más? ¿Y si tienes tantas aficiones que no das abasto? Tener un rato de tiempo libre para uno mismo puede acabar siendo algo estresante. ¿Qué hacer? ¿A que jugar? O mejor, ¿me leo alguno de los libros que tengo por leer? ¿O empiezo a ver la 2ª temporada de tal serie? ¿Me voy un rato al gimnasio? Al final hay que organizarse, pararse a pensar que hacer con las dos horas de turno, barajar las opciones, montarse un horario... ¡que trajín! Mejor me voy a ver la tele un rato en el sofá, que seguramente darán una película que ya tengo en DVD pero con ese toque especial que dan los cortes publicitarios.