jueves, 12 de febrero de 2009

El amor y la Plei2

Bueno, llegamos a la recta final de la saga. Mañana incluiré una entrada final, con las conclusiones, tanto para que se vea más claro lo que quise contar (aunque espero que más de uno sí haya captado de qué narices estoy hablando), como porque mira, me apetece hacerlo, y así ya tengo 5 actualizaciones este año y podré estar un par de meses sin sentirme como que dejo de lado el blog.

A lo que iba.
La Playstation 2 es una consola que hoy por hoy, todo el mundo conoce y seguramente la mayoría tiene o ha tenido una en casa. No es el objetivo de tus sueños, como una Playstation 3 o una Xbox 360, pero la PS2 está ahí, y sigue apoyandote cuando lo necesitas. Es tu compañera, y siempre, cuando las demás consolas fallen, estará ahí para entretenerte con alguno de sus juegos, muchos de los cuales resultan familiares, como si llevaran contigo toda la vida. Su catálogo es amplio y se apunta a cualquier cosa, mientras sea para pasarlo bien, pero, aunque sea un juego de esos que salen rana, la PS2 no rechistará, está ahí para lo que sea.
Muchas veces uno es como si olvidara su presencia, quizá porque forma parte de tu vida ya… es decir, de tu vida como jugador de consolas, y a veces se la da un poco de lado, por una Xbox 360, por ejemplo… pero cuando ésta no salga como querías y se estropee y no puedas tenerla durante un tiempo, la PS2 estará ahí para hacerte compañía, entretenerte; nunca será rencorosa.

1 comentario:

Cabeza de Hierro dijo...

Puede que no sea rencorosa, pero sufre. Hasta ahora es la entrada que mejor he entendido, porque siempre he llevado el rol que describes.
Pero bueno, el mundo necesita también de aguantavelas y de amores de reserva en la recámara, para ir matando el tiempo mientras llega lo jugoso. Deberíamos crear un sindicato, leñe.