martes, 11 de septiembre de 2007

Iniciando Nosolochorradas... la secuela.

Nosolochorradas es un blog que ya fue, pero ya no (no perdáis el tiempo buscando, eliminé todas las entradas y no sé que más). Era algo bastante informal, con frecuencia de escritura aun más informal, así que a la larga dejé de añadir nuevas entradas. El problema es que no se me ocurrían temas, o simplemente que me daba palo, por lo que esta vez miraré de evitar la muerte de esta resurrección añadiendo también mensajes más cotidianos y de opinión.

Así que, en el fondo, esto es el inicio de una nueva afición... la de escribir un blog. Y será por aficiones...

Las aficiones son aquello que hacemos para entretenernos, pasarlo bien, relajarnos y desconectar del mundo, y, a ser posible, pasar de todo el mundo. Una afición puede ser en pareja o en grupo, pero no es lo mismo. Y ya sé que habéis pensado en sexo y fiestas, pero realmente eso no son aficiones, son necesidades humanas y sociales. Una afición es pasar un rato contigo mismo y otra cosa que no te replique; como mucho, se puede compartir un videojuego a dos o más jugadores... pero a la larga puede haber alguien que replique y ale, ya se ha liado, la afición deja de ser una afición y se convierte en un motivo para discutir.

Hay muchos tipos de afición. Las hay tranquilas como leer un libro, un comic o ver una película o serie de televisión (aunque habría que matizar que con algunos títulos, más que quedarnos tranquilos y relajados, uno acaba desquiciado, pero de eso ya se hablará en otra ocasión); también están las aficiones electrónicas, que incluye videojuegos y ordenadores, que son algo más interactivas (y también, desquiciantes en más ocasiones); las aficiones creativas, como puede ser el punto de cruz, el bricolaje, dibujar, macramé, escribir un libro; y no olvidar las aficiones deportivas, que se podrían clasificar en dos grandes grupos: el de practicarlo personalmente y el de “corre tú, que yo te animo desde mi sofá”. También hay quien es aficionado a discutir, a comer, a la pornografía, a muchas filias raras, a degustar vinos... etc., hay decenas de aficiones por catalogar, aunque lo verdaderamente imposible es saber donde termina una afición y empieza una obsesión, o incluso una perversión, o una corrupción, o un delito, o merecer cien años de soledad por ello, y... bueno, ya se ha entendido.

Eso me lleva a la gran palabra de moda: “FRIKI”. ¿Quién no odia ya esa palabra comodín? Recuerdo que en antaño, tampoco mucho, “friki” era una forma para referirse a personajillos variopintos que salían (y salen, pero ahora son tantos que pasan desapercibidos) en la tele haciendo el payaso mientras el reportero y toda España se reía de él (y con él, para no ser crueles, va). Pero hoy en día, “friki” es un claro sinónimo de “afición”. Se ha usado tanto la palabra que cualquier dedicación a cualquier afición de convierte en un friki (salvo quizá, las aficiones que ya tienen su propia palabra para llamarse frikis, términos como “forofos” o “marujas”). Si por leer comics uno es friki, si por saberse características de los móviles de moda uno es friki, si por saberse de que equipo es tal y tal jugador que los demás nunca han visto ni jugar al fútbol ya se es friki, si seguir 7 u 8 series de televisión ya se es friki, si por saber el modelo exacto de un coche solo viendo sus bajos ya se es friki, si por... bueno, etcétera. Entonces TODO el mundo es friki, luego todos somos iguales... ¡pues vaya aburrimiento!

Pero volviendo a las aficiones, arriba he mencionado que es algo que se hace para relajarnos. Eso es algo muy fácil si se tienen un par o tres de aficiones, pero ¿y si tienes más? ¿Y si tienes tantas aficiones que no das abasto? Tener un rato de tiempo libre para uno mismo puede acabar siendo algo estresante. ¿Qué hacer? ¿A que jugar? O mejor, ¿me leo alguno de los libros que tengo por leer? ¿O empiezo a ver la 2ª temporada de tal serie? ¿Me voy un rato al gimnasio? Al final hay que organizarse, pararse a pensar que hacer con las dos horas de turno, barajar las opciones, montarse un horario... ¡que trajín! Mejor me voy a ver la tele un rato en el sofá, que seguramente darán una película que ya tengo en DVD pero con ese toque especial que dan los cortes publicitarios.

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